Bicicletas eléctricas, pasea a pedales de la forma más cómoda.

Bicicletas eléctricas, pasea a pedales de la forma más cómoda.

Definitivamente si hay un vehículo placentero e idílico es la bicicleta… perfecto casi para cualquier desplazamiento cercano pero mucho más si cabe para las vacaciones, ¿verdad? Aunque, en algunos casos hacer mucho esfuerzo y llegar agotados y sudados, puede significar un freno a la hora de usarlas. ¿Y si optamos por disfrutar de sus virtudes pero prescindimos de esas pequeñas pegas? Optemos por entonces por la bicicleta eléctrica.

Desde que en el siglo XIX aparecieran las primeras bicicletas su evolución ha sido mucha, pero algunos de sus mayores avances han venido de la mano del motor eléctrico.

Ya a principios del siglo XX y hasta la segunda guerra mundial, la bicicleta fue el principal medio de transporte a lo largo de toda Europa, no siendo desbancadas ni tan siquiera con la aparición y comercialización del coche; y en vacaciones han sido siempre un clásico para explorar de forma cómoda nuevas ciudades o dar relajantes paseos por la naturaleza.

De vuelta en nuestros tiempos, la bicicleta sigue siendo el medio de transporte más ecofriendly del mercado, pero además el continuo avance técnico mejora su uso con la instalación de motores de baterías, que incrementan todas esas ventajas y además de mejorar la posibilidad de realizar mayores distancias y disminuir el desgaste físico, ya sea en terrenos con desnivel o al transportar peso extra, como por ejemplo el de un niño.

La potencia dependerá de nuestro pedaleo, pero sí proporciona un impulso al arrancar y al afrontar recorridos con cuestas.

Electric bikes

Pero ¿qué es una bicicleta eléctrica?

Las bicicletas eléctricas, o como algunos las llaman, e-bikes o ‘bicimotos’, son simplemente bicicletas a las que se les ha instalado un sistema de automoción que le proporciona movilidad a través del pedaleo asistido eléctrico para hacer girar la rueda trasera con menor esfuerzo.

Más específicamente, una bicicleta eléctrica se llama bicicleta de pedaleo asistido eléctrico, pues el motor eléctrico no está pensado para que la bici se mueva como si fuera una moto, sino para ayudarnos a pedalear con más facilidad.

 

Normativa

Las bicicletas eléctricas se han convertido en un vehículo muy habitual por toda Europa porque permite emplear un medio de transporte ecológico sin tener que renunciar a la independencia de un vehículo propio.

Según la legislación de la Unión Europea, para que una bicicleta eléctrica sea considerada como tal, debe

  • Poseer pedales (si no los tuviera sería calificada como un ciclomotor o moto)
  • Contar con una potencia no superior a 250 W
  • Alcanzar una velocidad máxima de 25 km/h.

Las bicicletas eléctricas homologadas que cumplen con la Directiva Europea 2002/24/CE, no necesitan de un permiso ni un seguro porque se rigen por las mismas directrices que las bicicletas convencionales, por lo que pueden circular por los carriles bicis.

No obstante como cualquier bici, si el ciclista tiene buena condición física puede alcanzar, por sus propios medios, no por el motor, más de 25 km/h de velocidad.

En otros países las hay con motores más potentes que pueden alcanzar más velocidad, pero que en Europa tras ser homologadas se tendrían como ciclomotores y motos eléctricas.

Es decir, que para circular con tranquilidad, el motor hace girar las ruedas y el usuario apenas tiene que pedalear: lo que os decíamos antes, llegará a su destino descansado y como una rosa.

Componentes principales

Hay tres componentes fundamentales en una bici eléctrica:

  • El motor eléctrico, que suele estar integrado en la rueda, entorno al buje.
  • La batería, que es la encargada de acumular la energía eléctrica para alimentar al motor.
  • El sistema de control con el nivel de asistencia, para seleccionar la potencia del motor eléctrico y conseguir más o menos fuerza.

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Tipos: Enchufables o según diseño.

  • Podríamos considerar que hay dos tipos principales de bicis eléctricas: con batería recargable mediante un enchufe, y de autorrecarga o híbridas, que recargan la batería por sí mismas, al retener y frenar, sin enchufarlas.
  • La batería de una bici eléctrica recargable suele ser extraíble, así que se puede transportar más fácilmente y recargarla enchufándola a la red.
  • La batería será la que determine la autonomía eléctrica que tendrá la bicicleta, depende de ella y de su tamaño, pero rondará entre unos 25 y unos 100 km, y requerirá entre una y cinco horas de carga.
  • Según sea su cuadro y diseño también observamos bicis de paseo, mixtas o citibikes, muy versátiles, y bicis eléctricas plegables, o incluso bicis de carretera eléctricas.

Señalar que a la hora de realizar su compra, la colocación del motor conlleva una elección de suma importancia: El motor delantero es muy fácil de montar y ayuda a repartir mejor los pesos cuando la batería está acoplada al transportín. Pero el motor trasero permite una mejor maniobrabilidad y agarre durante una conducción agresiva.

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¿Por qué optar por ellas?

Sin duda, usar la bicicleta eléctrica posee enormes ventajas, tanto para el cuerpo humano como para el medio ambiente. Os dejamos algunas para animaros a probarlas si aún no las conocéis:

  • Su utilización conlleva uno de los mejores ejercicios cardiovasculares que hay.
  • Al no usar gasolina ni gas para moverse, no es un vehículo contaminador.
  • Es uno de los vehículos eléctricos más asequibles que encontremos.
  • Su uso es sencillo, apto para ser el primer vehículo con el que nos iniciemos en la movilidad eléctrica.
  • Es perfecta para pequeños desplazamientos por ciudad, con grandes ventajas sobre hacerlos a pie o en coche.
  • Con la llegada del verano, con el buen tiempo, es mucho más apetecible su uso.

Aunque en países tales como Bélgica u Holanda las bicis eléctricas constituyen uno de los principales medios de transporte de sus ciudadanos. En España es algo más  incómoda pues nuestro país no es tan llano como los anteriores y las múltiples cuestas que hay en las ciudades hacen que utilizar una bicicleta tenga algunos inconvenientes más, pero sin duda eso mismo unido al buen tiempo del que disfrutamos incentiva al uso de las eléctricas.

¡Ahora sólo tenemos que decidirnos a probarla y animarnos a usarlas tanto para nuestros desplazamientos cotidianos como para disfrutarlas durante las próximas vacaciones!