Polonia: Un destino cargado de belleza e historia

Polonia: Un destino cargado de belleza e historia

Todos hemos soñado con hacer un determinado viaje. Un país o ciudad que bien debido a una experiencia, a una serie de televisión o a un libro de historia hemos querido conocer. Cargada de historia precisamente está Polonia, un país que sufrió de manera muy cruenta la Segunda Guerra Mundial y que hoy en día es según The Lonely Planet, uno de los mejores destinos para viajar en 2019.

Vamos a descubrir por qué.

Comenzamos por la joya de la corona, Cracovia:

Es la antigua capital del país y está construida en piedra, ha sido declarado por la UNESCO como Lugar Protegido de la Historia Universal y es hoy en día uno de los lugares más visitados. En el corazón de la ciudad de se encuentra Rynek Glowny, una gran plaza llena de vida y plagada de músicos ambulantes que está rodeada de casas construidas entre los siglos XIV y XV y reconstruidas entre los siglos XIV y XV.

Muy cerca del centro se encuentra el Barrio Judío que quedó totalmente destrozado durante la ocupación nazi y que se restauró definitivamente en la década de los 90. Es obligado visitar algunas sinagogas (la más antigua de Polonia se encuentra en este barrio) así como probar alguno de los restaurantes en los que sirven la auténtica comida polaca.

En uno de los extremos del centro histórico, subiendo la Colina Wawel se encuentran el castillo y la catedral que guarda en su interior una capilla, criptas de personajes ilustres y la gran campana de Segismundo, una pieza de doce toneladas construida en 1520.

Durante siglos la entrada a la ciudad amurallada fue la denominada Puerta Florián donde comienza el Camino Real, un camino que recorrían los antiguos reyes antes de ser coronados y que terminaba en el castillo Wawel.

Tras cruzar la puerta encuentras una fortificación circular que formaba parte de la defensa de la ciudad, la Barbacana. Toda esta zona está llena de artistas locales que exponen su obra a lo largo de la muralla.

A medida que la ciudad iba creciendo esta muralla estorbaba por lo que se fue eliminando salvo la citada parte de la puerta y en su lugar se dejó crecer libre un parque que hoy rodea el centro de la ciudad.

No lejos del barrio judío se encuentra Podgorze, el antiguo gueto donde los nazis metieron a miles de judíos. Dentro de él se encuentra la plaza Bohaterów en la que los militares alemanes elegían quienes iban al cercano campo de concentración de Auschwitz.  Aquí se encuentra también la fábrica de Schindler, mundialmente conocida gracias a la película de Steven Spielberg.

Una vez conocido el centro de la ciudad, una de las visitas más imprescindibles es el campo de concentración de Auschwitz. Suele decirse que un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla y en este sentido ver esta campo es algo obligatorio. Un millón de personas, la gran mayoría judíos, murieron allí a manos de los nazis.

Varsovia, la capital

La capital de Polonia se ha reinventado muchas veces y esto se ve en la mezcla de estilos arquitectónicos que encontramos por sus calles. Arquitectura gótica, soviética y moderna se extienden por esta ciudad profundamente marcada por la Segunda Guerra Mundial.

Fue el Rey Segismundo III quien en el siglo XVI decidió trasladar la capitalidad a Varsovia desde donde controlaba una mayor área del país.

Comencemos por la denominada ciudad vieja que no es más que el casco antiguo, completamente reconstruido después de la II Guerra Mundial con unos trabajos que respetaron al máximo su aspecto anterior. El corazón de la ciudad vieja es su plaza así como la catedral de San Juan, originalmente construida en 1390.

Más al norte se encuentra el histórico barrio de Ciudad nueva que está separada por un vestigio de la muralla medieval, Barbacana y donde se encuentra la estatua de Maria Sklodowska (Marie Curie).

Una de las visitas que más merecen la pena es la del Castillo Real que sirvió como residencia real entre los siglos XVI y XVIII y que fue reconstruido tras la guerra. Hoy es un monumento histórico que puede ser visitado y junto al que se encuentra la emblemática Columna de Segismundo, en honor a este rey.

El parque Lazenki es una de las zonas verdes de la ciudad y reflejo de la belleza de la Varsovia más imperial, entre animales, fuentes y palacetes se encuentra el Palacio de la Isla rodeado por un lago que contiene un monumento a Chopin.

En Varsovia también podemos aprender, y mucho, del transcurso de la ocupación nazi. En el Museo de la Insurrección en el que se recuerda el alzamiento contra los nazis.

Al igual que Cracovia la capital tiene un gueto judío, el mayor de Europa, en el que murieron unas 400.000 personas y del que apenas quedan restos.  Pueden sin embargo visitarse lugares como el Monumento a los Héroes del Gueto, los cementerios judíos o el Museo Judío.

Otras zonas de interés:

Gdansk:

Se trata de una de las ciudades más ricas y bellas de Europa. Está considerada la capital mundial del Ámbar mientras que su arquitectura de edificios afilados y sus calles empedradas invitan a perderse por ella y descubrir su historia.

Comencemos por la Ruta Real, donde se encuentra la Puerta Alta, emblema de la antigua Ciudad Libre de Gdansk (antes de ser invadida por los nazis), nos adentramos así en la calle Dluga que recorre desde el centro de la ciudad hasta el muelle. En esta zona merece la pena contemplar el edificio del Ayuntamiento a cuyos pies se levanta la fuente de Neptuno. Al final de la calle se encuentra la Puerta Verde desde la que se accede al paseo del río.

Sandomierz:

Se trata de una de las poblaciones con más importancia histórica del país. Su casco antiguo incluyendo el castillo, la catedral y el Ayuntamiento, está rodeado de naturaleza y es uno de los puntos turísticos más solicitados de Polonia.

El número de pequeños pueblos con encanto es casi interminable así que te será difícil equivocarte, Paczków, Kazimierz Dolny, Zalipie…

¿Cuándo vas a preparar las maletas?