San Petersburgo: La ciudad de las mil caras

San Petersburgo: La ciudad de las mil caras

Hoy traemos un destino del que hemos oído mucho hablar pero del que suele conocerse poco, San Petersburgo. Escenario de intrigas palaciegas, reinados de zares y con una esplendorosa arquitectura esta ciudad convive a caballo entre lo clásico y la modernidad reinventándose cada día sin perder su esencia.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que San Petersburgo es una ciudad enorme y en consecuencia lo son las distancias entre atractivos turísticos. Ir bien equipados, seriamente abrigados si es invierno y con calzado cómodo es algo imprescindible para poder descubrir sus encantos.

Se la conoce también como ‘Piter’ o la ‘Venecia del Norte’ debido a sus canales y sus 342 puentes.

Os aconsejamos que si vais a estar unos días en la ciudad os conviene así mismo adquirir la tarjeta City Pass que da entrada a la mayoría de los museos además de autobuses turísticos o trayectos en barco.

Si utilizas el transporte público debes saber que es bastante fiable y como curiosidad decir que el metro es de los más profundos del mundo, por lo que para acceder a las vías atravesarás interminables escaleras eléctricas.

Comenzaremos nuestra ruta en el centro de la ciudad, en el famoso Palacio de Invierno, reconvertido en el Museo Hermitage. Se trata de la ex residencia de los zares rusos, de estilo rococó y colores dorado, verde agua y blanco guarda en su interior una gran colección de obras europeas, si bien simplemente por ver el lujo interior ya merece la pena la visita.

En la misma plaza se encuentra la columna de Alejandro, que conmemora la victoria de Napoleón.

El Palacio de Invierno o Museo Hermitage.

Del Palacio de Invierno pasamos a la Iglesia más turística de la ciudad la del Salvador sobre la Sangre Derramada de estilo neoruso coloreado yque se erige en el lugar donde asesinaron al Zar Alejandro II cuyos restos se encuentran en el interior en una capilla.

A escasos metros se encuentra la Catedral de Nuestra Señora de Kazán de entrada gratuita y todo un icono en Rusia.

Si queremos hacer un alto en el camino y reponer fuerzas podemos visitar cualquiera de los denominados ‘anticafés’. Se trata de una nueva tendencia nacida en 2010 en Rusia y que alude a espacios recreativos donde se paga no por lo que se consume si no por el tiempo de estancia. Suele haber café, té, bollería y snacks disponibles y la ventaja está en que puedes descansar en un sofá, conectarte al wi-fi o incluso tomar tu sándwich traído de la calle. Aquí todo vale. Si en lugar de regresar al hotel prefieres echar una cabezada en un cómodo sillón nadie va a extrañarse. Suelen abrir las 24 horas.

En los anticafé se paga por tiempo y no por consumición.

Para callejear nada mejor que recorrer la avenida más larga de la ciudad Nevsky Propspekt que mide cerca de 5 kilómetros y que es una de las calles con más historia del mundo. Cafés, tiendas, restaurantes, museos y el más brutal contraste entre la opulencia y la pobreza lo encontramos en ella.

Si quieres adquirir productos rusos típicos en esta avenida se encuentran los Almacenes Yeliseev mientras que en el número 18 se encuentra Literaturnaya Café que conserva su interior pre-revolucionario y donde almorzó el padre de la literatura risa moderna, Alexander Pushkin, justo antes del duelo en el que moriría.

La oferta cultural es inmensa pero hay otro tipo de experiencias para las que debe dejarse hueco. Una de ellas es pasear en barco por los canales, algo que puede hacerse en los meses más cálidos y desde donde se obtienen unas vistas preciosas de San Petersburgo.

En invierno por el contrario los canales permanecen congelados, época que los locales aprovechan para patinar sobre hielo.

Además los más valientes aprovechan para hacer huecos entre el hielo y se bañan pese a las gélidas temperaturas, se trata de una tradición y quienes la practican aseguran que tiene múltiples beneficios para la salud.

En oposición a esta enorme avenida se encuentra el Casco Histórico de la ciudad en el que destaca el barrio de Kolomna. Lo más interesante de este barrio es que mantiene su apariencia del siglo XIX y pasear por él es como retroceder en el tiempo. Es un sitio tranquilo, alejado de multitudes, con múltiples zonas verdes y canales que le dan un aire romántico.

Si viajáis a San Petersburgo en los meses de verano podréis observar un curioso fenómeno, en esa época el sol no llega a ponerse del todo por lo que las noches se tiñen de un gris blanquecino. Las calles se llenan de festivales y la ciudad literalmente nunca duerme.

Uno de los eventos que se organizan es el Festival de las Estrellas de las Noches Blancas que se celebra en el Teatro Mariinsky, el principal de la ciudad y muy prestigioso.

Las mejores vistas de la ciudad las obtendremos desde la cúpula de la Catedral de San Isaac. Su cúpula, con 101’5 metros, es de las más grandes del mundo. Tiene un diámetro de casi 22 metros y para darle el tono dorado se emplearon 100 kilos de oro.

SALIR DE NOCHE: ESPECTÁCULOS Y FIESTA

San Petersburgo es la segunda metrópoli de Rusia y tiene toda la vida nocturna que se espera de una capital y más.

La calle Dumskaya es de obligada visita si se quiere salir de fiesta hasta que el cuerpo aguante . Cuenta con una gran variedad de bares y discotecas, además ofrece muy buenos precios. Tiene un ambiente peculiar y la mayoría de sus viandantes son gente muy joven. Los clubs son pequeños y poco exquisitos.

La calle Belinskogoy es otra en la que abundan los sitios de fiesta nocturna. En ella se encuentra el Bar Purga que tiene un concepto curioso y es que cada noche celebran la Nochevieja. La diversión está garantizada.

Otra de las calles en las que salir por la noche es la ya mencionada Nevsky Propspekt con múltiples pubs y un ambiente más europeo.

Para los que encuentren mayor atractivo en los teatros u óperas la ciudad ofrece una programación enorme.

Los teatros más conocidos son el Mariinsky y el Mikhailovsky.

El teatro Mariinsky se ubica en el centro de la ciudad y ofrece tanto ópera como Ballet. Tiene capacidad para 2000 espectadores, conviene comprar las entradas con antelación a través de la página web del teatro ya que es habitual que las funciones estén completas si esperamos a última hora.

El teatro de ópera y ballet Mariinsky.

El teatro Mijáilovski es uno de los más antiguos de Rusia y también se encuentra en el centro de la ciudad. Recomendamos lo mismo respecto a las entradas si bien además hay que tener en cuenta que en ocasiones se representan obras destinadas solo a rusos.

Como véis San Petersburgo es una ciudad de mil caras en la que todos los espíritus tienen cabida. ¿Haciendo ya la maleta?.