ALASKA, la última frontera

ALASKA, la última frontera

En el lejano norte, dentro de los confines del Circulo Polar Ártico, en un territorio donde el hombre aún no domina la naturaleza, donde la tierra está por colonizar y los espacios son grandes, vírgenes y, en muchos casos inaccesibles, se encuentra la última frontera del siglo XXI.

Primero indios, después españoles, seguidos de rusos, ingleses y americanos, fueron colonizando esta región sin conseguir dominarla en su corta historia. Para disfrutar de la naturaleza en estado primigenio, Alaska es, aún hoy, uno de los últimos rincones del planeta donde se puede llevar a cabo un viaje para descubrir una de las últimas fronteras de nuestro tiempo. Más allá del frío y el hielo, durante el verano, este rincón ofrece una riqueza natural que deja extasiados los sentidos.

Alaska es el estado más grande de los Estados Unidos, tres veces la Península Ibérica, donde el sol no se esconde durante el verano y la nieve no termina de derretirse.

Camping in the Wonder Lake campground, Denali National Park

Alaska atrae cada año a miles de personas de todo el mundo, que buscan una alternativa diferente, alejada de las playas y el calor insoportable. Territorio poco explorado en sus profundidades, Alaska ofrece una la oportunidad de conocer la naturaleza en su estado más intocable e insólito con 55.000 metros de costas, 1800 islas, más de 50.000 glaciares, tres mil ríos, tres millones de lagos y ocho parques naturales.

A pesar del tópico, Alaska no es una tundra helada, sino que más bien las montañas y los bosques son la tónica dominante en su paisaje. La composición de colores, animales y geografía hacen de Alaska un espacio único en el mundo, donde aun hoy en día se puede vivir una aventura real dentro de la naturaleza y en toda su magnitud. Viajar durante días por tierras sólo pobladas por fauna salvaje, acampar a orilla de ríos que no conocen otra embarcación que las canoas de los Inuits, vivir entre osos, seguir a los caribúes en su migración anual desde el mar ártico hasta los valles del Kobuk; contemplar a las orcas, nutrias marinas, morsas, ballenas y demás animales marinos en su hábitat natural.

Visitar el valle de los 10.000 volcanes donde radica la mayor densidad de volcanes del continente americano, admirar el monte Mckinley, el pico mas alto de Norteamérica. Contemplar y escuchar los mayores glaciares del Pacífico Norte, caminar por una extensión de dunas de arena formadas en las ultimas glaciaciones, contemplar los ríos rojos, ríos que acogen mas de 3.000.000 de salmones cada año en su viaje migratorio…Todo esto y mucho mas puedes encontrar en la tierra del sol de media noche. Alaska es el deseo de aquellos que sueñan con una tierra virgen, con un paraíso propio de tiempos pasados, donde la naturaleza esta siempre presente y donde es posible vivir aventuras que hoy en día solo un entorno como éste permite realizar.

Osos polares, Grizzlis, osos negros, linces, lobos, alces, caribúes, orcas, águilas y focas son solo una representación de la mayor concentración de fauna salvaje que puedes encontrar en esta tierra repleta de sorpresas.
Conocer Alaska es toda una aventura, un viaje que te dejará marcado por la belleza de sus paisajes, la sencillez de su gente y las peculiaridades del lugar.

Su pintoresco panorama puede ser divido en cuatro áreas distintas que tienen la ciudad de Anchorage como su centro de partida. En la región Ártica se encuentran las condiciones climáticas más severas de todo el territorio, con una temperatura media de menos doce grados centígrados durante todo el año y de noviembre a enero su oscuridad es permanente, aunque en el verano el sol no se oculta en ningún momento.

La zona costera del Mar de Bering pertenece a la Alaska Occidental, que también abarca el archipiélago de las Aleutianas. Debido a su proximidad con el indomable Mar de Bering, esta zona experimenta fuertes vientos durante casi todo el año, contribuyendo a unas temperaturas poco agradables, donde inclusive en verano la media no supera los 10 grados centígrados. Alaska Meridional, que va desde el Golfo de Alaska hasta la Cordillera, tiene temperaturas suaves, en comparación al resto del territorio, y debido a su topografía de glaciares, montañas y bosques, se ha convertido en el destino favorito de los visitantes y curiosos que llegan con ganas de conocer este paraíso.

Esta zona es un espacio de mucha actividad sísmica, donde se encuentran varios volcanes activos, y se puede apreciar el singular Valle de los Diez Mil Fuegos, que debe su nombre a la gran cantidad de fumarolas que hay en el lugar. Alaska Interior por su parte, incluye la zona del Río Yukón y Tanana.