El ‘Ecce Homo’ de Cecilia da el salto operístico a Estados Unidos

El ‘Ecce Homo’ de Cecilia da el salto operístico a Estados Unidos

Corría el año 2012 cuando la octogenaria Cecilia Gómez decidió hacer algo por uno de los cuadros que había en la modesta iglesia de su pueblo, Borja, situado en Zaragoza.

Gracias a ella, la obra en cuestión ya no necesita presentación. Se trataba el ‘Ecce Homo’ (He aquí el hombre) una pintura original que está atribuida al artista Elias García Martínez un profesor de la Escuela de Arte de Zaragoza que ejerció durante el siglo XIX.

Este legó el cuadro al pueblo y aunque su valor artístico era escaso sí que era un cuadro al que los parroquianos tenían cariño.

Quizás por eso, Cecilia no dudó en tratar de mejorar su aspecto, que allá por 2012 estaba bastante deteriorado. La buena mujer creyó que sus dotes artísticas eran suficientes para ello y se puso manos a la obra.

Cecilia Giménez.

El resultado ya lo conocen todos: Un despropósito de arreglo que en nada se parecía al original y que hizo que los vecinos del pueblo pusieran el grito en el cielo.

Los informativos y periódicos de medio mundo pusieron la localidad de Borja, de apenas 5.000 habitantes, en el mapa y tan singular restauración fue objeto de todo tipo de bromas y memes.

Ciudadanos de localidades cercanas acudían en excursión a ver el cuadro, periodistas llenaban las calles del pueblo. Fue una historia de verano perfecta.

Casi siete años después la obra de Cecilia sigue dando que hablar. Es más, ha dado el salto a los teatros de ópera de Estados Unidos.

Bajo el título ‘Behold the man’ se presenta un espectáculo músical que ya se estrenó el pasado año en Arizona y que durante este mes de mayo vuelve a aparecer en el festival de ópera ‘Frontiers’ en Texas.

La obra narra como la entrañable abuela recibe la orden de Dios de restaurar el fresco del Ecce Homo y sus ya conocidas consecuencias.

El director de la ópera, Andrew Flack, se entrevistó en varias ocasiones con la protagonista de la historia, que dio su visto bueno y bendición para esta obra.

Y así la obra danza ya por tierras estadounidenses haciendo sonreír a un público que está a miles de kilómetros de Borja y de su involuntaria protagonista.