El tren Prestige visita Extremadura

El tren Prestige visita Extremadura

Conmemora el sesquicentenario de la puesta en servicio del Ferrocarril ‘Ciudad Real-Badajoz’.

Dicen que el tren es el transporte preferido por la mayoría. Tiene un cierto encanto y aire romántico que atrapan al viajero. Por eso hoy en Extremadura están de suerte. Comienza la ruta Viaje Real en Tren Prestige por Extremadura, un itinerario turístico ferroviario que cubre el trayecto desde la estación de Madrid Chamartín y que conmemora el sesquicentenario de la puesta en servicio del Ferrocarril ‘Ciudad Real-Badajoz’.

Un siglo y medio después el Tren Histórico Prestige celebra este acontecimiento con este itinerario conmemorativo, dividido en 7 viajes, que trasladará a los viajeros a las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Cáceres o Mérida, a la monumental Plasencia, capital del Jerte, a Almorchón, histórico nudo ferroviario, y a Badajoz, capital extremeña y ciudad fronteriza.

Los viajes tendrán además otros alicientes como comidas a bordo, degustaciones y/o visitas guiadas a instalaciones ferroviarias, servicios todos ellos ofrecidos por la Asociación Extremeña de Amigos del Ferrocarril.

El Tren Prestige está compuesto por los singulares y lujosos coches restaurante que se fabricaron en los años 30 en distintos talleres de nacionalidad inglesa, francesa y española para la Compagnie Internationale des Wagons-Lits (CIWL) y que actualmente forman parte de la colección del Museo del Ferrocarril de Madrid.

También se incluirá en este viaje el lujoso RENFE ZZ-1102 fabricado en esa misma época para el transporte de autoridades. En 1988 RENFE compró a la Compañía Internacional de Wagons‐Lits (CIWL) los coches restaurante WR‐3566, WR‐4067, WR‐3580, WR‐4078 y WR‐2746, fabricados entre 1926 y 1930 en distintos talleres del Reino Unido, Francia y España. El propósito era modernizarlos y formar con ellos una composición de época para realizar trenes chárter de lujo ofreciendo un total de 184 plazas.

Renfe llevó a cabo los cambios en 1991 en la ciudad de Irún y apostó por mantener una estética de los años 20 pero con la comodidad y los servicios actuales. Por ello tuvo que desmontar todo el interior instalando en cada uno de ellos una moderna cocina completamente equipada y reduciendo el número de plazas. Se les dotó de sistema de climatización y megafonía se renovó la instalación eléctrica. En la reconstrucción del interior se aprovecharon las maderas nobles existentes, conservando su decoración y aspecto original.

En 1999 Renfe cedió la subserie completa al Museo del Ferrocarril de Madrid, que desde entonces la gestiona y comercializa para realizar servicios especiales, turísticos o chárter.