Los viajes de lujo no entienden de crisis

Los viajes de lujo no entienden de crisis

Todos hemos tenido en mente alguna vez ganar la lotería. Más aún, todos hemos pensado qué hacer con esos millones. En más de 9 de cada 10 casos la palabra ‘viajes’ está en la lista. Conocer mundo, descubrir culturas, vivir experiencias únicas…

Independientemente de nuestra economía cada vez viajamos más una tendencia que se acentúa en el caso de los más ricos. Así un estudio de The Blueroom Project en colaboración con Pangaea Network ha concluido que durante los próximos tres años los viajes de lujo aumentarán hasta en un 10%.

El presupuesto medio de este tipo de viajes oscila entre los 5.000 y los 10.000 euros y son reservados principalmente por un perfil de viajeros. Se trata de la denominada Generación X-entre 36 y 55 años- y la del baby boom –mayores de 55 años- siendo su duración media entre siete y diez días.

Como en principio el precio no es un hándicap para este tipo de turistas suele realizarse a través de una agencia de viajes física que ofrece una atención más personalizada y detallista por ello las prefieren frente a las reservas por internet según el citado informe que recoge la opinión de 630 profesionales de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.

Este tipo de cliente persigue en primer lugar comodidad y privacidad y después experiencias exclusivas, ya sea en materia gastronómica, culturales o de compras. Por supuesto, este cliente quiere estar informados al máximo y ultra conectados estando dispuestos a disfrutar de soluciones ecológicas o alternativas.

 

¿Qué es un viaje de lujo?

A la hora de definir un viaje de lujo suele aplicarse un baremo económico que cifra en igual o superior 750 euros el gasto por noche en el caso de los viajes de corta duración y por encima de los 500 en el caso de viajes largos.

Respecto a los mercados emisores de turistas de lujo la primera posición la ocupa Estados Unidos, seguido de China mientras que en Europa destaca Reino Unido, Francia y Alemania.

El perfil de los viajeros también responde a ciertas características. Podemos encontrar un viajero de lujo ocasional (su presupuesto es más limitado y repiten menos), los denominados viajeros bluxury personas de negocios que combinan jornadas laborales con días de descanso o aquellos que tienen dinero pero no tiempo por lo que son muy exigentes con sus momentos de ocio y requieren flexibilidad en la planificación.

No faltan tampoco aquellos que disfrutan de la opulencia y se rodean de glamour compartiendo sus experiencias en las redes sociales y haciendo alarde de sus viajes.

Lo que está claro es que todos tienen algo en común : una cartera sin preocupaciones.