Un paseo por Chicago, la ciudad de los rascacielos

Un paseo por Chicago, la ciudad de los rascacielos

La ciudad del viento, la ciudad de los rascacielos o simplemente Chicago. La tercera ciudad más importante de los Estados Unidos está situada en el estado de Illinois y atrae cada año a cientos de miles de turistas. Compite en popularidad con Nueva York, está bañada por el Lago Michigan y hasta tiene su propio estilo de pizza el denominado ‘Chicago Style’ y que se caracteriza por una gruesa masa. Pero sin duda uno de los atractivos que más visitantes atrae es su amplia colección de rascacielos que le hacen sentir a uno en medio de un gran bosque urbano. Comenzamos a caminar con las piernas entumecidas por el intenso frío, pero va a merecer la pena.

 

El primer rascacielos de Chicago fue construido en el año 1885, se trató del ‘Home Insurance Building’ y contaba con 42 metros de alto y diez pisos. Se derrumbó en 1931 y sirvió de inspiración para muchos otros.

WILLIS TOWER

En el 233 de South Wacker Drive nos encontramos con la Willis Tower, o como aún la llaman los más viejos del lugar, la Sears Tower. Fue construida en 1974 y fue el edificio más alto del mundo hasta 1996. Desde su torre se observan unas impresionantes vistas de la ciudad y en la planta 103 se encuentra el famoso ‘Skydeck’, una plataforma de cristal situada a 412 metros y no apta para quienes sufren de vértigo.

TORRE TRUMP

Se trata del segundo rascacielos más grande de Chicago y aunque ya era mundialmente conocido su popularidad se ha multiplicado tras acceder a la presidencia de EEUU su dueño, Donald Trump quien tiene en él un ático que utiliza como residencia privada.  Ubicado en el 725 de la Quinta Avenida, mide 423 metros y su construcción comenzó en 2001 y estaba previsto que fuese el rascacielos más alto de EEUU, si bien tras los atentados del 11-S las normas se instalaron unas normas de seguridad más severas y tuvo que reducirse su altura. No obstante sus vistas sobre el Lago Michigan siguen siendo impresionantes.

AON TOWER

Tiene una altura de 346 metros y es el tercer rascacielos más grande de la ciudad. En un principio estaba recubierto de mármol pero en los años 90 comenzaron a cambiarlo por granito ya que las placas de mármol se desprendían. Su uso es exclusivo de oficinas y en los últimos años se ha iluminado de color naranja en el Día de Acción de Gracias, de verde en Navidad o de rosa con motivo del Día del Cáncer de Mama.

JOHN HANCOCK OBSERVATORY

En la Avenida North Michigan, a la altura del número 875, se levanta el cuarto rascacielos más alto de Chicago. Mide 344 metros y tiene una fachada trapezoide que lo hace fácilmente reconocible. En la planta 94 existe un observatorio de cristal para los turistas más valientes y es que estos cristales se inclinan hacia delante una vez te has situado en ellos pudiendo disfrutar de esta experiencia hasta ocho personas a la vez. No apto para cardiacos.

Después de haber disfrutado de las vistas que proporcionan estas obras de arte de la construcción es obligado visitar alguno de los sorprendentes parques de la ciudad. Me decanto por el más famoso de todos, el Millenium Park que está ubicado en el barrio Loop y cuenta con casi 100.000 metros cuadrados de zonas verdes. Durante todo el año alberga multitud de eventos y actuaciones y pueden contemplarse multitud de obras de arte y arquitectónicas.

Dentro de él se encuentra el Pabellón Jay Pritzer, un moderno escenario con capacidad para 4.000 personas o La Puerta de La Nube, una enorme gota de acero inoxidable en la que se reflejan los rascacielos cercanos. Se trata de una obra muy ingeniosa que mide unos 20 metros de ancho y pesa cien toneladas.

Este parque tiene encanto durante todo el año pero en invierno se produce además una estampa habitual de las películas, las familias patinan por la plaza Mc. Cormick y durante el resto del año es un punto habitual para celebrar picnics etc.

Después de varios días en la Ciudad del Viento el turista se da cuenta de que esta ciudad merece ser visitada en más ocasiones y se va con la sensación de que le ha quedado mucho por ver.